El nombre del género Agave proviene de la palabra griega "agauos" que significa "maravilloso" por su increíble belleza. El agave es una especie perenne suculenta con hojas de diferentes tonalidades de verde, carnosas y triangulares dispuestas en roseta, que pueden alcanzar grandes tamaños. Al final de las hojas, por lo general, se pueden notar espinas en forma de aguja, largas y rígidas. Su magnífica floración es un espectáculo inolvidable: sobre largos tallos se forman numerosas flores de intensos colores (amarillo, naranja, rojo). La belleza no es la única característica del Agave, también se puede utilizar para producir un edulcorante natural, bebidas alcohólicas como tequila, poulque y mezcal, y para hacer cuerdas y ropa. Es una planta suculenta ideal para regalar como signo de una larga y sincera amistad.